martes, 13 de diciembre de 2011


Tardes de melancolía y eternidad de sueños rotos escondidos debajo de alguna baldosa de la habitación. Bebidas calientes que curan almas frías y tiritas transparentes que reparan corazones rotos. Guardar los recuerdos en trozos de papel, y luego quemarlos en noches de insomnio. Cosas que rondan tu cabeza, y pasa que, te volves loca. Velas encendidas y luces apagadas. Las persianas bajadas y un amanecer que empieza tras ellas. Hojas de papel llenas de versos y paredes pintadas de recuerdos. Lágrimas de pureza y sonrisas de falsedad. Hipocresía que te inunda y dolor en tu mente. Y resbalan entre mis brazos, su soledad y la mía. Queriendo juntarse y sólo sabiendo la fórmula para separarse. Fingir en la eternidad de tus labios. Y dedos entrelazados que juntan historias fáciles de recordar. Una habitación, una plaza, una esquina una calle.. Una heladera vacía, una televisión apagada, el baño llena de agua y las luces encendidas. Tu verdad frente a la mía. Nuestras mentiras entrelazadas. Promesas cumplidas, y sueños aún por realizar. El tiempo ya no corre en el reloj. Las agujas se  estancaron, reivindicando tu permanencia, o la mía. Silencios de gestos y gritos sin palabras. Realidades que chocan y estallan. Fantasías que callan y duermen, y mientras tanto, vos y yo, escribiendo versos tras un monitor.


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