El tiempo es una mentira, pero aun así nos quita y nos pesa, nos da pero nos saca muchísimo. Nos preocupa, nos agota, nos pone límites y nos hace prisioneros. Está presente siempre, en un reloj, en la duración de una acción, en una arruga, en los números. Es insoportable. Todo este mundo parece guiarse a través de él. Muchas veces parece que estamos pendientes para convencernos de que tenemos planes, cosas que hacer antes de morir. Creanme, tenemos que ocupar el tiempo para no desesperar.. Yo creo que somos peones que tenemos hábitos que nos encadenan y no nos dejan pensar qué es lo que vale la pena. El tiempo pasa y pasa y pasa (solamente porque debe pasar, porque las etapas deben ser etapas, y sí o sí vamos a morir, es la naturaleza y como siempre no podemos cuestionar, porque aunque lo hagamos va a pasar, de qué carajo sirve), y nosotros mirando un reloj, cuando tal vez, la muerte está cerca, o algo que te marque el alma, algo que te desequilibre. No se compararía ni con un minuto perdido, ni con el reloj más caro. Entoncés el tiempo sería tan pesado. Cómo soportar?. Y nosotros siempre pensando taradeces terrestres como: -¡Uy, todavía me tengo que bañar!. Cosas que no me explico, de la vida.
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